El proceso de ultrapasteurización de la leche, que conocemos como UHT, o de forma más común como la ‘leche de brik’, ha permitido facilitar el consumo de leche en los hogares españoles. Se puede trasladar desde la fábrica al supermercado y de ahí a casa, en cómodos envases que tienen una lejana fecha de caducidad, lo que permite realizar una compra prácticamente al mes y olvidarse de volver a comprar leche. Una vez más, la comodidad puesta al servicio del consumo.
Esta forma de comercializar la leche es especialmente mayoritaria en España. De hecho, únicamente Bélgica tiene unos porcentajes de consumo de UHT más alta. El problema, como casi siempre, es que la comodidad no tiene una relación totalmente directa con el sabor.
Cuando muchos de nosotros éramos más jóvenes, se podían encontrar aún en todos los supermercados otro tipo de leche, la que en ocasiones se denominaba ‘de bolsa’. Era la leche fresca. También está sometida a un proceso térmico de pasterización, pero no de forma tan intensa como la UHT, por lo que los puristas del lácteo coinciden en afirmar que se trata de un sabor más auténtico, más cercano al de la clásica imagen de la lechera que iba vendiendo la leche puerta por puerta en los pueblos españoles de hace unas décadas.
La leche fresca no ha sucumbido. Aún puede encontrarse en los lineales y, debido al proceso de valorización de la calidad que vive el mercado nacional, incluso podría decirse que ha vivido un ligero incremento en los últimos años.
Hay muchos ejemplos de leche fresca, pero a esta ventana queremos acercar el caso de Leche Certificada Bohal, que transforma la producción de la Granja Romero, ubicada en el norte de la provincia de La Coruña, y que está avalada por el sello de ‘Leche Certificada’ de la Unión Europea desde el año 2001.
Su envasado en la clásica bolsa que era todo un referente en los años 80 permite un pequeño viaje al pasado a los más nostálgicos. No es fácil de encontrar fuera de su zona, ya que los puntos de venta se concentran en el eje que va desde La Coruña a Ferrol, además del suministro que se realiza diariamente a multitud de bares y cafeterías de la zona. Todo un ejemplo de rentabilidad alcanzada en circuitos de comercialización corta, debido a la caducidad en unos pocos días que alcanza la leche fresca.
Además, también elaboran queso fresco, requesón y otras variedades de quesos semicurados tiernos, con el objetivo de consolidar un proyecto que apuesta por la calidad como su principal arma.
(Fuente de las fotos: Leche Certificada Bohal)