El Principado de Asturias es una comunidad autónoma que entra en el terreno de la leyenda. Con poco más de 10.000 kilómetros cuadrados, esta región que vive de cara al mar Cantábrico y encuadrada entre las provincias de Lugo, León y Cantabria, puede presumir de ser origen de las diferentes monarquías que acabaron conformado el Reino de España, con la historia de don Pelayo en los montes de Covadonga como orgullo de los asturianos.
Por su particular geografía, es una de las zonas de la península Ibérica que combina de una forma más natural el monte con el mar. En la zona de los Picos de Europa, cerca de las playas de Llanes, unos pocos kilómetros separan esos elementos paisajísticos tan diferentes. Como ejemplo de esta doble personalidad que se respira en el Principado, están los casos de Cudillero y Proaza. En zonas relativamente cercanas del Occidente asturiano, estos dos concejos representan algunos de los valores más significativos del Principado. Y, como siempre, Asturias también es sinónimo de sector vacuno.
La localidad de Cudillero es una de las más fotografiadas del norte de España. La particular disposición en la que están puestas las viviendas, como un anfiteatro que se asoma al puerto pesquero del municipio, hace que sea un lugar referente del turismo en Asturias. Para ser un gran ejemplo de esa comunión entre cordillera y mar Cantábrico, para llegar hasta sus calles con olor a salitre, hay que bajar desde el monte.
Proaza es otra cosa. Es un concejo que apenas reúne poco más de 700 habitantes y que no es conocido por la mayoría de los turistas que visitan el Principado. Se encuentra en una zona montañosa en la que serpentea el río Trubia. Cerca ya de los puertos más característicos de la zona, guarda en su terreno la esencia del monte asturiano, con pueblos pequeños y alejados del mundanal ruido, orgullosos de ser lo que son.
(Fuente de las fotos: Vacuno de Élite)