Dice el tópico que la Semana Santa es época de recogimiento. Pues sí. Pero también lo es para tener unas vacaciones, más o menos largas, en la que olvidarse del mundanal ruido urbanita o conocer nuevos parajes. Si eres de los que vas a hacer la maleta y a esta hora aún no lo tienes del todo decidido, en Living las Vacas vamos a darte cinco propuestas para que la Semana Santa tenga un toque vacuno. Esta lista no pretende ser exhaustiva ni excluyente de la amplia variedad geográfica española y de la importancia del vacuno en cada una de ellas. Sólo son ideas que lanzamos al vuelo. Arrancamos.
Oriente de Asturias
El Principado de Asturias lleva años luciendo el lema de ‘Paraíso natural’. Todo el que se haya pasado por sus valles y sus montes en algún momento, saben que no se trata de ninguna exageración. Se cumple al pie de la letra. Asturias es una zona marcada históricamente por el sector vacuno de leche y que cuenta, sobre todo en su zona más oriental, con destacados y tradicionales quesos elaborados principalmente con leche de vaca. De la zona de Onís, tenemos su prestigioso Gamonedo. El concejo de Cabrales da nombre a uno de los quesos más conocidos del panorama nacional. Y en Caso, en pleno Parque Nacional de Redes, puede encontrarse el secreto del queso Casín. Hay para elegir.
Los valles cántabros
Siguiendo nuestra particular ruta por el norte peninsular, Cantabria también tiene una vinculación especial con el ganado vacuno, especialmente con el de leche y con la implicación de razas autóctonas como la Tudanca. El valle del Pas es una visita obligada para los amantes de la mantequilla, de la naturaleza y de unas poblaciones que estuvieron prácticamente aisladas hasta hace unas décadas. La rica geografía cántabra da para mucho más. Un ejemplo es el desconocido valle del Saja, con las tradicionales prácticas del vacuno extensivo aún vigentes.
Pirineo navarro
Los valles cercanos al Pirineo en la Comunidad Foral de Navarra son un ejemplo de mantenimiento de la ganadería, con sus rebaños de ovino y vacuno por la zona del Baztán o del Roncal, por citar algunos de los más emblemáticos. El orgullo navarro en proteger sus tradiciones, a pesar del paso del tiempo, se materializa en centros de interpretación del vacuno de leche, múltiples marcas de leche de venta más o menos directa.
Magia menorquina
Lejos de la abundancia turística de Mallorca e Ibiza, la isla de Menorca aún puede presumir de cierto anonimato por lo que respecta a su entorno de las Islas Baleares. Hay vuelos relativamente económicos desde las principales ciudades españolas y tiene una gran belleza natural que aún conserva intacta en muchos de sus parajes. Y para los amantes del vacuno, tiene uno de los quesos de vaca que mejor funciona en el mercado nacional e internacional. Se trata del denominado oficialmente ‘Mahón-Menorca’, todo un ejemplo de sapiencia en la comercialización de un producto de calidad.
La dehesa
Es un sistema único. Pero cuando se dice único, quiere decir irrepetible. Ninguna otra latitud del mundo puede presumir de tener un sistema ecológico parecido al de la dehesa, propicio para todo tipo de producciones ganaderas. En toda la franja suroeste de la península Ibérica, desde la provincia de Salamanca a Huelva pasando por Cáceres y Badajoz, las posibilidades de visitar la dehesa son múltiples. Y en primavera, cuando las temperaturas aún no han comenzado a subir irremediablemente, presenta su mejor aspecto. Un lujo que tenemos a mano.
(Fuente de las fotos: Vacuno de Élite y Turismo de Menorca)