Para disfrutar de la carne de vacuno, no hace falta ser un refinado ‘gourmet’ ni estar siempre con productos ‘delicatessen’. La versatilidad de esta carne permite que se puedan consumir productos tan exclusivos como el solomillo, tan sabrosos como el chuletón o el churrasco o tan populares como la hamburguesa.
Es sabido que la palabra proviene de la ciudad alemana de Hamburgo. Posteriormente, se cree que los emigrantes germanos introdujeron este concepto a finales del siglo XIX en Estados Unidos. Un cocinero llamado Louis Lassen tiene el honor de haber sido el primero en preparar una ‘burger’ al otro lado del charco. En pocos años se popularizó. El resto ya es historia. La influencia cultural estadounidense provocó que se convirtiera en una de las comidas más reconocidas a nivel mundial.
Cada uno tiene su gusto con las hamburguesas, porque lo cierto es que ha dado mucho de sí en los últimos tiempos. Se les puede añadir queso, bacon, huevo, tomate, cebolla cruda o caramelizada, lechuga, pimientos, foie, queso de cabra, las más diversas salsas… No hay reglas en este producto que ha logrado calar en todas las clases sociales. Desde los bares más discretos hasta los restaurantes de mayor postín se han apuntado a desarrollar sus propias ideas. Existen guías de lugares más o menos secretos para encontrar las mejores hamburguesas en cada ciudad y los responsables de los locales se afanan por ser los mejores.
Este producto está viviendo una época dorada. Y algunas empresas han sabido ver el nicho del mercado y se han lanzado a la comercialización de hamburguesas con algún aspecto diferencial. Un ejemplo es la IGP Carne de Ávila, que a través de su blog ‘Carne cool’ ha celebrado recientemente el Día Internacional de la Hamburguesa, con coloridas y variadas opciones. Y todavía quedan muchas opciones para ganar mercado. Este mar está aún por descubrir.
Fotos: Carne cool