La sierra de Gredos es uno de esos parajes que, aunque sea sumamente conocido por los amantes del turismo rural, todavía puede esconder algunos secretos en sus estribaciones o en algunos puntos cercanos. Perteneciente al Sistema Central, cuenta con una ubicación privilegiada, ya que hace de frontera natural entre las provincias de Salamanca, Ávila, Cáceres, Madrid y Toledo. Cinco provincias pertenecientes a cuatro comunidades autónomas españolas.
Su circo y sus lagunas son las más conocidas de su orografía, lugar de destino de las peregrinaciones de senderistas de mayor o menor recorrido, que desfilan por sus lomas y por sus cubres. La cabra montesa es, seguramente, uno de sus mayores atractivos para los turistas. Sin embargo, las inmediaciones de la sierra de Gredos no podrían entenderse tal como son sin el ganado vacuno de carne en extensivo, que ha permitido mejorar caminos, controlar prados y moldear un paisaje que hace las delicias de los amantes a la fotografía y a las vistas en general.
Sus rebaños extensivos, sin miedo a las nieves ni a los vientos, forman parte de la idiosincrasia de este paisaje natural. La trashumancia es uno de los fenómenos culturales que han estado presentes en esta zona desde hace siglos, cuando se partía en invierno a zonas más meridionales de la España peninsular para buscar climas más cálidos y prados menos helados.
En las inmediaciones de la sierra de Gredos, los pueblos que se pueden visitar son innumerables, con una gastronomía absolutamente espectacular. Serranillos, Navarredonda de Gredos, Hoyos del Espino, El Barco de Ávila, Tornavacas, Jerte, Madrigal de la Vera, Candeleda, Arenas de San Pedro… Todos con lugares por descubrir.