Un fiordo es una estrecha entrada costera de mar formada por la inundación de un valle excavado o parcialmente tallado por acción de glaciares. El agua al congelarse crea fracturas, formando un valle sumergido que presenta forma de U aunque la parte inferior no es visible ya que está bajo el nivel del mar. Con esta definición se alude al gran atractivo turístico que tiene Noruega, uno de esos países que por orografía y meteorología da la impresión de estar justo donde termina el mundo.
Las partes más profundas de los fiordos suelen ser las más adentradas en la costa mientras que la boca de los fiordos suele ser poco profundas. Debido a que los fiordos se ubican en áreas antiguamente cubiertas por glaciares, determina que solo aparezcan en regiones de alta latitud, a partir de la latitud 50 en el hemisferio norte y a partir de la latitud 40 en el hemisferio sur.
Sin duda, si algo es famoso en Noruega son los fiordos, impresionantes formaciones naturales esculpidas durante cientos de miles de años por los glaciares y que ofrecen al visitante un espectacular paisaje lleno de montañas, lagos, ríos, arboledas y cascadas que crean uno de los paisajes más sobrecogedores del mundo. Se pueden explorar los fiordos noruegos a bordo de alguno de los cruceros que transportan cada año a miles de pasajeros de todo el mundo que vienen hasta Noruega para admirar la belleza de estos monumentos naturales.
Pero Noruega es mucho más que fiordos. Su capital Oslo destaca por el Palacio Real, el parque de Vigeland, el Museo de Barcos Vikingos, la zona de los mercados del puerto, las icónicas pinturas de Edvard Munch y los trampolines de esquí de Holmenkollen, donde se celebraron los Juegos Olímpicos de Invierno del año 1952.
El barrio de Bryggen, en la ciudad de Bergen es Patrimonio de la Humanidad. Otra ciudad de importancia turística es Trondheim.
Preikestolen, el ‘púlpito’ en castellano, es una formación rocosa en la costa sudoeste de Noruega y sus vistas son simplemente impresionantes. La ciudad importante más cercana es Stavanger, que dispone de aeropuerto y conexiones diarias tanto con otras ciudades de Noruega como con alguno de los principales aeropuertos de Europa. Desde Stavanger salen varios ferrys al día, tanto de ida como de vuelta, que unen esta ciudad con el pueblo de Oanes, al otro lado del fiordo. El recorrido no dura más de media hora y desde ahí salen autobuses que en unos 20 minutos llevan hasta el comienzo del camino, Preikestolhytta.
(Fuente de las fotos: Wikipedia)