Dicen que casi siempre va a llover. Otra cosa es que acierten, porque no es lo mismo los montes de Orense que la costa coruñesa o el microclima de las Rías Baixas. Hay de todo. Galicia tiene mil caras. Y no hay que fiarse siempre lo que diga el hombre del tiempo. Por experiencia propia, los días que amenazan lluviosos, a veces son los más soleados…
A los amantes del vacuno, los que vivimos con locura todo lo que relaciona este sector, ir a Galicia de vez en cuando debe ser nuestro particular peregrinaje, nuestro Camino de Santiago. La mayor parte de la producción lechera en España se concentra en estas cuatro provincias, mientras que también tiene una gran importancia por lo que respecta al vacuno de carne y a la producción cárnica. Y si ya hablamos de tradición y de amor a las vacas…
De todas las posibles excursiones que pueden realizarse a Galicia vamos a quedarnos con una. Se trata de Santiago de Compostela, una de las ciudades de España con más pluviometría y la capital de esta comunidad autónoma. Pero no nos engañemos, a partir de nada empezarán a bajar las temperaturas en la mayor parte de España, así que si llueve, al menos no bajan tanto los termómetros. Disfrutemos de Santiago y su tradición compostelana.
La catedral y la plaza del Obradoiro son su primera parada obligada. Observar la basílica compostelana permite retrotraerse varios siglos hasta la época medieval y pasear por sus calles porticadas, peatonales y mojadas por la constante lluvia, permite encontrarse uno mismo.
Además, las diferentes tabernas y pequeños restaurantes que se encuentran en la parte más céntrica de Santiago de Compostela permiten disfrutar de un menú realizado prácticamente con productos del sector vacuno, desde unos quesos elaborados con leche de vaca que hablan muchos de la idiosincrasia gallega a la carne amparada por la afamada Indicación Geográfica Protegida (IGP) Ternera Gallega. Nada falla en Santiago.